Los tubos neumáticos son sistemas en los que contenedores cilíndricos son propulsados a través de una red de tuberías por medio de aire comprimido o de vacío.
Empezaron a utilizarse en el siglo XIX y entonces se pensó que serían el gran medio de comunicación del futuro.
El escritor estadounidense Edward Bellamy lo tenía muy claro: "El tubo neumático alcanzará su perfección antes de mediados de siglo. [...]. Las personas recibirán en sus propias casas, a través de ellos, las cartas, comida ya cocinada, la ropa limpia de la lavandería, los periódicos de la mañana y cualquier cosa que necesiten de la tienda de alimentación, sólida o líquida, con solo apretar un botón [...]".
Hoy en día se siguen utilizando: en algunos bancos y oficinas, para enviar cheques, dinero o documentos de un departamento a otro, y en la industria farmacéutica y hospitales, para el envío de medicamentos de forma segura.
En la ficción hemos visto estos tubos en muchas ocasiones. En Besos Robados, Truffaut imaginó un sistema postal bajo el suelo de París:
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