El manuscrito descubierto en Ankara hace unos días no es una biblia y tampoco es milenaria.
Musa Yaramis, nacido en Turquía y residente en Bruselas, descubrió la verdad al examinar la imagen del libro, que ha circulado en diferentes medios informativos.
Era suficiente conocer el siriaco antiguo para leer en la cubierta del libro: "En el nombre de nuestro señor, este libro ha sido escrito para uso de los monjes del monasterio de Ninive, en el año 1.500 de nuestro señor".
Yaramis explica que «los medios turcos se han exaltado afirmando que podría tratarse de un verdadero Evangelio que el Vaticano habría escondido...!».
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