La sede de la Concejalía de Urbanismo de Murcia apareció el martes pasado convertida, literalmente, en una piscina. La toma de agua de una máquina de café instalada en la tercera planta se obstruyó, con tal mala fortuna que estuvo goteando durante tres días.
El resultado son 2.000 expedientes empapados, la mayoría de los servicios de Disciplina, Licencias, Ruinas y Rehabilitación. En total, unos 50.000 documentos, entre planos, fotografías, informes de inspección, cédulas de habitabilidad, licencias de obra, devoluciones de aval, facturas...
El cargamento de expedientes siniestrados fue trasladado de inmediato a un lugar más seguro, con buena ventilación y luz.
«El problema más acuciante es evitar la contaminación biológica, que no salgan hongos ni bacterias. Tenemos que separar todos los documentos, uno a uno, quitarles con espátulas las grapas -las de cobre manchan, por eso recomiendan las de aluminio- y extenderlos sobre papel kraft para que se sequen con luz en un lugar ventilado».
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