Se mantienen abiertas cuatro hipótesis sobre la desaparición del valioso manuscrito del siglo XII: la acción de un trabajador no eclesiástico vinculado al propio archivo o a las obras de rehabilitación que se acometían en el interior de la catedral; rencillas entre la curia, un peregrino con "suerte", o un robo por encargo.
La Policía registra a diario la catedral por si surge una devolución voluntaria y anónima, y es que cobra fuerza la posibilidad de un robo realizado desde "dentro".
"No perdemos la esperanza de que aparezca en una capilla. Que alguien lo deposite de forma anónima, por eso miramos todos los días. Esto es como las meigas, no existen pero haberlas hailas; y nuestra investigación sigue avanzando", admite Jesús Pacheco, el inspector jefe de la Unidad de Delitos Especializados y Violentos (UDEV), al frente del equipo de investigación especializado de Madrid que se ha hecho cargo del caso.
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