El 18 de septiembre de 1946, unos obreros exhumaron unas cajas de metal bajo los escombros de la calle Nowolipki, en el gueto de Varsovia.
4 años más tarde, fueron descubiertos 2 bidones de leche.
Contenían los archivos secretos de la Oyneg Shabbos, una organización clandestina que se impuso la misión de reunir todos los documentos sobre la vida cotidiana en el gueto, los abusos cometidos por los alemanes y la muerte programada de la población judía.
El agua se había inflitrado y había dañado las miles de hojas escritas apresuradamente. Pero se había cumplido el objetivo de Emanuel Ringelblum (1900-1944), el organizador del grupo Oyneg Shabbos: la historia del desastre quedaba escrita.
La preocupación de Ringelblum no era que los nazis encontraran los documentos, sino que nadie sobreviviera y que el mundo ignorara para siempre que bajo aquellas piedras había un archivo, fruto del trabajo colectivo, secreto y organizado de hombres y mujeres que se habían negado a desaparecer sin más.
Entre las aproximadamente 25.000 hojas conservadas hay ensayos, decretos, ordenanzas, recopilaciones de folklore, pero también cartas, fotografías, dibujos, poemas, testamentos y hasta recetas de cocina.
También descripciones detalladas de la destrucción de los guetos en otras partes de la Polonia ocupada por los nazis; el campo de exterminio de Treblinka, el campo de exterminio de Chelmno y gran número de informes hechos por científicos que estudiaron los efectos del hambre en los guetos.
Si os interesa saber más, el historiador estadounidense Samuel Kassow ha plasmado su investigación sobre Ringelblum y su grupo en el libro "¿Quién escribirá nuestra historia?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario