La Biblioteca Newberry de Chicago se convirtió en un improvisado centro ceremonial de los pueblos indígenas mayas, que viajaron miles de millas para ver una de las pocas copias de su libro sagrado "El Popol Vuh".
Bajaron de las montañas de Santo Tomás Chichicastenango, en Guatemala, para ir a ver por primera vez a Chicago y ver con sus propios ojos el legado de sus antepasados, que han honrado durante toda su vida.
El manuscrito data del año 1701 y es una copia fiel del original, traducido por el Padre Dominico Francisco Ximenez. Es la copia más antigua que existe.
Para los pueblos indígenas mayas, este libro es más que palabras, es la raíz de su fe, la explicación del inicio de la existencia divina y física de la Tierra.
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