3 ene 2009

Las dificultades de trabajar en un garaje convertido en juzgado.
Los trabajadores de un juzgado de Elche siguen denunciando su situación. Como una imagen vale más que mil palabras... lo mejor es el ver el vídeo que acompaña a la noticia...

1 comentario:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Dicen que nada es verdad ni mentira, que todo depende del color del cristal con que se mira; y que si hay algo de cierto en la denuncia, algo de puestita en escena puede haber en esas imágenes (escandalosas):

1.- Los asuntos que hay en ese Juzgado -antiguo garaje con ventanas- es de suponer que estarán en trámite. Por muchos medios informáticos que haya allí -que algunos hay como lo demuestran esas estupendas y modernas pantallas TFT, CPUs de sobremesa o magníficas impresoras- los asuntos en trámite no se van a resolver solitos, sino que se resuelven con más gente que los tramite; que ni el sms ni el chat certificado resuelven la práctica de notificaciones, las declaraciones que hace un justiciable en la comparecencia ante un juez, las diligencias necesarias para realizar un embargo, un lanzamiento, para reducir a prisión a un condenado, ni las pruebas de convicción se pueden reducir a soportes informáticos, a no ser que las garantías procesales y sus plazos se consideren un estorbo, consideración en la que no estoy; pero antes de contratar a más gente, hay que cerciorarse del exacto cumplimiento del punto 2:

2.- Es una verdadera lástima que ABC no nos ponga un vídeo en donde se vea si todos los funcionarios llegan a ese Juzgado a las ocho y salen a las tres -juez y secretario los primeros para dar ejemplo. Porque si, pongamos por caso, a ese juzgado llegan los funcionarios entre diez menos cuarto y diez, salen a las dos, y además se toman el consabidísimo café, es indudable que los asuntos se irán acumulando y nunca lograrán poner la oficina al día.

Véase como ejemplo de este caso el de los juzgados de A Coruña, en donde según el periodista, decir que a las nueve de la mañana dichos juzgados están funcionando a medio gas, sería pasarse de generoso; que entre las once y la una los juzgados laten con vigor; como también señala que a las dos, los mismos juzgados se asemejan a un templo sin fieles, y que es posible que la Justicia esté atascada, pero no le da la impresión que desde las propias oficinas judiciales se hagan demasiados esfuerzos para aligerarla:

Viaje alucinante al anacrónico planeta Justicia

3.- Que hay algo de puestita en escena en esas imágenes lo demuestra el hecho de que la funcionaria que trabaja con mascarilla, cuando le están rodando un primer plano, esboza con esos bonitos ojos una preciosa sonrisa; que en las mismas imágenes, hay otros planos en los que aparece al fondo, o al principio del clip... y está trabajando sin mascarilla ¿en qué quedamos?

4.- Yo les aconsejaría que hiciesen un curso de archivos de oficina -que seguramente el gobierno de Valencia los ofrece a sus funcionarios- entre otras cosas, para que conozcan lo que son las carpetas colgantes y lo bien que se aprovecha el espacio cuando se utilizan, que se ve bastante aire en las estanterías con las carpetas tumbadas; con la ventaja de que el servicio de limpieza podrá hacer su trabajo y se evitará la (supuesta) presencia de bichitos. En su defecto, le pueden echar un ojo a Archivos de Oficina, una publicación de la Subdirección General de los Archivos Estatales que salió en 2003, sencillita, práctica, y en la que se leen cosas muy sensatas para trabajar con orden.

En resumen, si los funcionarios de Justicia tuviesen fama de ser tan cumplidores como los de la Tesorería General de la Seguridad Social, que no entran a las 8, sino a las ocho menos cuarto, y no salen a las tres, sino a las tres y cuarto -con café de 30 minutos para laborales y 20 para funcionarios-, que si se pasan en más de 15 minutos a lo largo de la semana porque llegan tarde, se toman más tiempo de café o salen más pronto, a la semana siguiente les llega una carta a casa en donde se les dice que elijan día y hora para recuperar el tiempo que no trabajaron; si los funcionarios de Justicia tuviesen esa fama, tal vez sus demandas no se verían con una sonrisa en los labios y con una cierta incertidumbre rayana en la desconfianza, al menos en mi caso, y creo que no soy el único al que le llega que en Justicia se vive muy bien.