Durante estos días se procederá a la revisión de los fondos bibliográficos para detectar las incidencias que se hayan producido. Un equipo formado por 200 bibliotecarios y personal auxiliar revisará, este año, más de 700.000 ejemplares para detectar incidencias, como perdidas, deterioros de cubiertas e incluso ejemplares mal colocados.
Este año apenas se prevén incidencias, según precisó la directora técnica de la Biblioteca Nacional, Belén Llera. No obstante, se ha incrementado las medidas de seguridad en la institución y en la Sala Cervantes, a la que sólo pueden acceder los investigadores, se ha aumentado el número de cámaras, que vigilan cada uno de los momientos de los lectores.
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