La UE ha decidido integrar los elementos de identificación biométrica en los pasaportes europeos, tras recibir la petición de los Estados miembros de mejorar la seguridad de los documentos, a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre. Los patrones faciales o de las venas de la mano, la geometría de la palma de la mano, las huellas dactilares y el reconocimiento de retinas e iris son los métodos de autentificación biométrica más comunes y su uso está destinado a combatir el fraude y la falsificación de documentos de manera más eficiente.
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