La ética de la London Library, fundada por Thomas Carlyle en 1841, se ajusta a los principios de alguien que creía en la importancia de la conducta más que en las normas prescritas: sus miembros podrían llevarse los libros a su casa durante el tiempo que necesitasen.
A Charles Dickens, uno de sus primeros socios, le trasladaron a su domicilio dos carretas de libros cuando escribía 'Historia de dos ciudades'. Y la confianza se otorga incluso a miembros que residen en el extranjero. Piden el envío a su dirección y los responsables de la biblioteca saben que lo devolverán cuando terminen.
Hay un millón de libros, 130.000 en la sección de Historia. Se adquieren unos 8.000 cada año, en su mayoría por sugerencias de los miembros, y no se retira ninguno.
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