La autoridades alemanas sostienen que Facebook está recopilando una enorme base de datos con fotos de usuarios sin su consentimiento. Para ello, emplea un software de reconocimiento facial que identifica a las personas que aparecen en las fotos compartidas en esa red.
Los alemanes consideran que el consentimiento debe ser explícito; cada persona debe dar su autorización expresa antes de que se cree una fichero digital que recoja los datos biométricos de su rostro. Sin embargo, Facebook afirma que no está haciendo nada malo, y se escuda en que esa práctica de etiquetar las fotos subidas a su servicio es legal en Irlanda, que es el país donde está radicada su sede europea. La cuestión es que, el pasado mes de marzo, la Unión Europea decidía que la recopilación de datos biométricos sin el consentimiento explícito de la persona es ilegal.
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