Los documentos los tenía consigo un empleado de una empresa encargada de instalar fibra óptica en varias sedes institucionales.
El domingo, mientras iba a recoger a un familiar a la gare de Lyon, una de las estaciones de tren de París, se percató de que alguien le había sustraído un USB de su coche, donde había dejado varios objetos personales.
Además de los planos de la residencia presidencial estaban también los croquis del ministerio del Interior, situado en la Plaza Beauvau, y de la Prefectura de París.
La Policía desconoce si el ladrón se llevó la llave USB consciente de lo que esta contenía o si simplemente se trata de un robo banal, aunque,en cualquiera de los dos casos no es nada tranquilizador saber que los edificios más importantes del estado galo están libres de secretos y en manos de malhechores.
Los documentos no estaban encriptados.
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