La Comisión Europea ha puesto en marcha una propuesta de Reglamento relativo a la identificación electrónica y los servicios de confianza para las transacciones electrónicas en el mercado interior.
La idea es potenciar la ciudadanía digital y prevenir la ciberdelincuencia, marcando pautas legales claras en relación con la firma, sellos, documentos y marcas de tiempo electrónicos; la autenticación de sitios web; y el reconocimiento mutuo de la identificación y autenticación electrónicas en toda la Unión Europea.
Se va así un paso más allá de la Directiva 1999/93/CE, que quedaría derogada y que incluye esencialmente solo la firma electrónica.
Acabar con las diferencias que existen actualmente entre las legislaciones nacionales, supondrá, desde que una empresa pueda participar por vía electrónica en una liticación pública puesta en marcha por otro Estado, hasta que un estudiante pueda matricularse electrónicamente en una universidad extranjera.
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