Timothy Leary (1920-1996) fue uno de los personajes cruciales de la contracultura de la revuelta de los años sesenta y setenta y contribuyó al despertar de las conciencias, la caída de algunos prejuicios y tabúes y al inicio de debates sociales que todavía están en marcha en nuestros días.
La Biblioteca Pública de Nueva York de comprar los archivos del apostol del ácido, que pasan así a ser patrimonio de los ciudadanos de los EE UU. La institución ha pagado 900.000 dolares, unos 635.000 euros, a los herederos de Leary.
El material ocupa 335 cajas de embalaje. Hay manuscritos, ensayos y reflexiones inéditos (algunos de gran extensión), una copiosa correspondencia (mantuvo contacto epistolar contínuo con, entre otros, Aldous Huxley o William S. Burroughs), notas previas para sus libros y artículos y estudios, 300 cintas de vídeo, otras tantas de audio, centenares de fotos...
Los responsables de la biblioteca confían en que la revisión y catalogación del material, que ya han iniciado, no supere los dos años de trabajo. A partir de entonces, el archivo de este personaje histórico fundamental estará a disposición del público y los investigadores.
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