En la misma esquina de Barcelona donde el fotógrafo Agustí Centelles disparó su cámara el 19 de julio de 1936 e inmortalizó para siempre al guardia de asalto republicano Mariano Vitini tras su fusil, hoy, 75 años después, familiares de ambos hombres se han reunido para recordar aquel dramático instante.
María Luisa, una de las dos hijas de Vitini, y Sergi y Octavi Centelles, herederos del fotoperiodista, han protagonizado un emocionante encuentro en el que se han cruzado anécdotas, y han firmado todos ellos en una copia de la famosa imagen que se depositará en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, donde se guarda el original.
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