El Gobierno estadounidense ha anunciado que antes de que finalice 2012 va a cerrar 373 centros de datos (el número aumentará a 800 en 2015), pues son ineficientes. Según han explicado, los organismos gubernamentales no han seguido la tendencia del sector privado de disminuir el tamaño y el número de las instalaciones en las que se instalan los dispositivos que almacenan la información.
El Gobierno federal multiplicó por cuatro el número de centros de datos que opera entre 1998 y 2010. Sin embargo, estos centros sólo utilizan, de media, el 27% de su potencia.
A esto hay que sumar los costes energéticos, de mantenimiento, controles medioambientales y de seguridad que suponen este tipo de centros, que pueden llegar a consumir 200 veces más electricidad que una oficina estándar.
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