El robo del siglo comienza a esclarecerse, o eso parece, a tenor de los resultados del trabajo de la Brigada de Patrimonio y de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía, que comienza ya a dar sus frutos. Las investigaciones se centran, ahora, en un círculo reducido de religiosos de la propia catedral de Santiago, sin descartar, eso si, ninguna otra hipótesis.
La Brigada de Patrimonio se ha centrado, últimamente, en los religiosos. En los distintos interrogatorios que se han practicado, la Policía detecto "numerosas contradicciones" y, especialmente, la existencia de ciertos "problemas internos" en el seno de la curia catedralicia.
Los investigadores creen que la persona que realizó el hurto conocía muy bien por donde se movía y no descartan que hayan sido varias personas. Una de las hipótesis que manejan es que uno de los religiosos se haya valido de una tercera persona para cometer la sustracción. Eso es lo que se trata de determinar, aún, a través del visionado de las cámaras de seguridad.
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