Dice que está acosado por denunciar que en el último envío de más de 800.000 documentos a Cataluña hay numerosos papeles que nada tienen que ver con particulares catalanes. Policarpo Sánchez ha interpuestp una queja ante la Subdelegación del Gobierno, en la que pone de manifiesto que durante toda una jornada «en mi trabajo, en el interior del Archivo, tuve a una persona permanentemente detrás observando qué aparecía en la pantalla de mi ordenador o qué notas tomaba».
El investigador asegura que «desde hace dos años trabajar en este archivo ha sido muy difícil para mí» y afirma que el desencadenante fue «una solicitud formal al Ministerio de Cultura para que me detallara el fondo documental que se iba a trasladar a Cataluña, porque tenía claro que los papeles que se estaban preparando vulneraban la ley».
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