El archivo de la catedral es un espacio bastante grande. Ocupa dos salas del ala suroeste de la basílica y a él se accede por el claustro. La cámara de seguridad, donde estaba el códice, se encuentra en una esquina de una de esas salas.
Actualmente, esas dos grandes salas, en las que, a veces, llegan a trabajar más de 20 investigadores al mismo tiempo, están custodiadas por dos archiveros oficiales, y en la actualidad, hay otros dos archiveros-documentalistas.
A diferencia de lo manifestado por algunos religiosos, no hay ninguna cámara en la sala de seguridad donde estaba el códice. La única posibilidad de averiguar algo sobre el robo de Códice Calixtino es revisando las cámaras que se encuentran en el claustro y en la puerta de entrada al archivo, así como el registro de los historiadores que han estado trabajando en el archivo en los últimos días.
Parece ser que al archivo era muy fácil acceder y no siempre entraban investigadores o documentalistas. "Podías entrar por otras zonas de la catedral con un boli y una libreta diciendo que ibas al archivo y ya te dejaban pasar", asegura al periódico El Mundo un documentalista que ha estado varias veces en el archivo.
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