La Tripitaka Coreana es una colección de tablas de madera grabadas con escrituras budistas, que se guarda en el Templo Haeinsa.
Constituye una de las herencias culturales más valiosas de Corea, por lo que está catalogada como el Tesoro Nacional. Desde el año 2007 también está inscrita en la lista de la Memoria del Mundo de la Unesco. Este año 2011 es muy especial para esta joya, ya que cumple nada y más y nada menos que mil años.
La Tripitaka Coreana se compone de 81.258 bloques de madera grabados por ambas caras, con un total de 52.382.960 de caracteres. Como cada cara imprime dos páginas, podemos calcular que el número total de páginas serían unas 325.000. Impresionante, verdad? Además, todas las planchas están escritas con el mismo tipo de letra, como si lo hubiese hecho una sola persona (aunque se cree que fue el trabajo de un equipo de 30 monjes).
Y cuál es el secreto para que estas planchas puedan cumplir años en perfecto estado de conservación? Primero, el proceso de fabricación con baños de sal y lacas naturales que evitan la descomposición de la madera y el ataque de los insectos. Y segundo, el edificio en el que se guardan. Fue construido en el siglo XV usando las técnicas más modernas de aquel entonces. La estructura del edificio aprovecha la propia naturaleza para mantener en su interior unas condiciones constantes de temperatura y humedad, que resultan ideales para la conservación de las planchas.
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