Unos valiosos manuscritos de la Biblia que conservó durante siglos la comunidad judía de la capital de Siria, Damasco, se exhibieron durante apenas unas horas en Jerusalén. Pertenecen a una colección llevada de Siria a Israel clandestinamente antes de que la comunidad judía desapareciera de allí a finales del siglo XX.
La colección se guarda en la Biblioteca Nacional de Israel y el acceso a ella está estrictamente limitado. Por motivos de seguridad y de conservación, la mayor parte de la colección se expuso al público con anterioridad sólo una vez, también por solo unas horas, hace más de diez años.
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