Cada 10 años, el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta a los residentes (y edificios) en España; es decir, elabora el censo. Hace 10 años, el último recuento fue casi artesanal, con encuestadores que recorrieron el país carpeta en mano. El actual, que arrancó en septiembre, se hará en tiempo real, con terminales móviles conectados a Internet, localización geográfica por GPS y datos cruzados entre diferentes bases de datos estatales.
Aunque no se pondrá a disposición pública hasta finales de 2012 o principios de 2013, el censo que arrancó en septiembre será, sin duda, el más avanzado desde un punto de vista tecnológico. En primer lugar, porque se desarrollará en tiempo real y en segundo lugar por su afán de ubicar en puntos exactos de mapas -direcciones postales en forma de coordenadas- a toda la población española. Si los datos, y qué parte, serán fácilmente accesibles para los ciudadanos es todavía un interrogante.
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