La Brigada de Patrimonio de la Policía baraja ya abiertamente que el Códice Calixtino pueda estar en manos de un coleccionista privado que se habría hecho con la obra desde poco después de su desaparición, hace ya más de tres meses.
Los investigadores creen que el escrito, una joya bibliográfica del siglo XII, pudo haber sido robado por encargo y que el autor de la sustracción habría actuado con la colaboración de varias personas. La Policía cree que quien ejecutó el robo contaba con informaciones precisas de la seguridad de la sala de investigadores y de la cámara de seguridad donde se custodiaba el códice.
Esta información la habría obtenido de algún investigador o supuesto investigador de la sala, aunque la Brigada de Patrimonio tampoco descarta que el autor del hurto se hiciera pasar por estudioso y hubiera accedido a la sala de investigadores durante varios días con una identidad falsa e, incluso, con elementos que distorsionaran su verdadera identidad, como peluca o barba postiza y gafas de sol. Su objetivo sería analizar las medidas de seguridad de la sala.
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