El origen de este oficio, imprescindible para una sociedad que evoluciona a través del contacto de sus miembros, se remonta a los romanos, que denominaban cursus publicus a los encargados de recorrer la geografía de Hispania portando mensajes para el ejército o los administradores.
Aquella realidad difiere mucho de la de hoy en día, en la que Correos está desarrollando "nuevos aplicativos" para poder transmitir todo tipo de documentos electrónicos de forma certificada.
El más innovador de los servicios es el apartado postal electrónico, que "ha trasladado el concepto de dirección postal física al mundo digital", según la empresa. Incluye, por un lado, una dirección de correo electrónico (CES) "gratuita, identificada, segura y libre de SPAM"; y por otro un Servicio de Notificaciones Electrónicas (SNE) para recibir vía telemática notificaciones de las administraciones públicas.
Además ofrece la posibilidad de enviar un telegrama a través de Internet sin que el documento pierda su valor legal y el resto de carácterísticas de un telegrama tradicional. Lo mismo ocurre con los fax y los burofax, que "permite enviarlos desde casa de forma urgente con entrega bajo firma y carácter de prueba frente a terceros", según señala Correos.
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