Kathryn Rudy, profesora en la Universidad de St Andrews, analizó diversos libros de oración medievales para reconstruir los hábitos de lectura de la época.
Rudy se dio cuenta de que la suciedad de las páginas manoseadas estaba relacionada con la intensidad de su uso y manejo.
Las páginas más sucias eran probablemente también las más leídas.
Con el uso de un densitómetro, una máquina que mide la oscuridad de una superficie reflectante, Rudy fue capaz de intepretar cómo un lector maneja un libro, ¿qué secciones son las más populares y cuáles fueron ignoradas?
El densitómetro se disparó en un manuscrito dedicado a San Sebastián, que se rezaba a menudo como protección contra la peste.
De acuerdo con Rudy, el resultado muestra que el lector repetía la oración, en un intento para evitar la enfermedad.
Del mismo modo, las páginas que contenían oraciones para la salvación personal estaban mucho más sucias y desgastadas que las que pedían por la salvación de otras personas.
2 comentarios:
Me pareció muy interesante este artículo siempre me ha llamado la atención esta etapa de la humanidad.
Si, recuerda un poco al "Nombre de la Rosa"...
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