Si durante los últimos tres años la Guardia Civil le ha parado en un control rutinario, pese a que usted no haya cometido ninguna infracción ni sea sospechoso de actividad delictiva alguna, con toda probabilidad sus datos personales están registrados en SIGO, la base de datos sobre seguridad ciudadana con que funciona el cuerpo.
Nombres, direcciones, teléfonos y actividades que “han alimentado esta base sin conocimiento de los ciudadanos que, a partir de ese momento, pasan a tener antecedentes policiales”, denuncian los propios agentes.
“Creemos que estamos vulnerando la ley y eso es una situación dramática. Porque se nos presiona para hacerlo pero no hay orden escrita. Si se demuestra la ilegalidad de lo que hacemos no va a pagar el pato ningún mando, ni el Ministerio del Interior”.
La Guardia Civil reconoce que se incluyen en el SIGO los datos de cualquier ciudadano identificado en un control “a criterio del agente” y “siempre el ciudadano tiene que firmar un papel en el que se le informa sobre sus derechos y la Ley de Protección de Datos”, aseguran.
La Unión de Guardias Civiles calcula cientos de miles de fichados. “Sólo podríamos averiguarlo mediante pregunta parlamentaria”, afirman.
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