Entre las decenas de miles de documentos que custodian los archivos provinciales -protocolos notariales, registros de la propiedad o memorias de asociaciones y empresas- hay una información vital para quienes buscan el rastro de sus padres biológicos. Alrededor de un millar de expedientes, provenientes de casas cuna e instituciones de beneficiencia, son las únicas pistas de las que hijos adoptados desde los años 50 pueden valerse para conocer en qué circunstancias se produjo su nacimiento.
"Hasta los años 80 los expedientes tienen lagunas, porque no había un buen control y era fácil hacer la trampa", reconoce Rosa Canto, que lleva casi 30 años al frente del archivo de la Diputación de Lugo. El "desorden" que se encontró al llegar a la institución todavía aflora cuando un ciudadano intenta localizar algún dato de su madre biológica. Los archiveros van descubriendo las irregularidades a medida que atienden las solicitudes de los adoptados. Una de las últimas, la de una chica de Barcelona que al pedir su expediente de adopción, con la única pista de que había nacido en Lugo, se encontró con "un documento sin firmar, con tachaduras y cortado por arriba".
Encontrar un expediente incompleto, sin firma o sin la información suficiente para iniciar una búsqueda fructífera, puede ser señal de algún tipo de irregularidad, pero la ausencia de datos no es un indicio menor, aunque conduce la investigación a un callejón sin salida. Francisco Javier Alejos, director del Archivo de la Diputación de Ourense, ya se ha encontrado con algún caso de este tipo, como el de una señora llegada de Valencia con el único dato de que su madre biológica la había traído al mundo en el Hospital de Ourense. Pero en el archivo no hay ni rastro de su paso por la clínica ni por el Hogar Infantil de la ciudad.
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