El trabajo se volvió insostenible para las siete mujeres del Juzgado de Ejecución de Penas de Florencia en Caquetá (Colombia).
Han pasado dos años soportando el cerco de 4.500 expedientes apilados en el despacho, que les impedía moverse de sus escritorios y los obligaba a atender a los usuarios en los pasillos por falta de espacio.
Más de una vez estuvieron a punto de ser aplastadas por el cerro de expedientes arrumados en el piso. Ante la falta de anaqueles para clasificar los procesos, conseguir uno de los expedientes requería un día de búsqueda, "debiendo literalmente revolcarse en el suelo, debajo de los escritorios y sillas para encontrarlo", señalaron las empleadas en la tutela.
La humedad del despacho no solo deterioraba los expedientes, por las partículas que se generaban en el recinto: ahora sufren de alergias y extraños brotes en su piel.
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