Osama ben Laden era un escritor prolífico de correos electrónicos y construyó un minucioso sistema que lo mantuvo un paso adelante de los mejores espías estadounidenses a pesar de no tener acceso a Internet en su escondite en Abbotabad, en Paquistán.
Ben Laden tenía que escribir un mensaje en su ordenador sin conexión a internet, a continuación guardarlo utilizando una unidad de memoria USB del tamaño del pulgar. Entonces pasaba la memoria a un mensajero de confianza, que se dirigía a un distante cibercafé.
Era un proceso lento y laborioso. Y fue tan meticuloso que hasta veteranos funcionarios de inteligencia se han sorprendido de la capacidad de bin Laden para mantenerlo durante tanto tiempo. Estados Unidos siempre sospechó que Ben Laden se comunicaba a través de mensajeros, pero no anticipó el volumen de sus comunicaciones según lo revelado por los materiales que dejó atrás.
El equipo de asalto encontró unas 100 unidades de memoria USB en el complejo de Ben Laden. El rastro de los documentos electrónicos es tan enorme que el gobierno ha contratado a personas que hablen árabe de toda la comunidad de inteligencia para estudiarlos minuciosamente.
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