El Gobierno español y Google han dado por rotas las negociaciones sobre la propuesta de la multinacional de gestionar los archivos españoles, según anunció Rogelio Blanco. «Google planteaba un convenio de adhesión, pero sobre un patrimonio acumulado durante siglos que no puede enajenarse en manos de una multinacional que pretende imponer su propio marco jurídico».
Blanco, que definió como «soberbia» la postura de la multinacional, aseguró que el acuerdo propuesto suponía que durante 14 años se perdía el control de los archivos: «No puede ponerse en juego una riqueza documental de este calibre».
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