2 sept 2008

La que ha liado Garzón.
El requerimiento del juez Baltasar Garzón sobre la elaboración de listados y datos de los desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo no ha dejado indiferente a casi nadie. Aquí van algunas de las reacciones:
-La Conferencia Episcopal afirma que aún no conoce el requerimiento, pero los medios de comunicación ya han entrevistado a varios "expertos" que sostienen que en los libros parroquiales no se encuentran datos sobre desaparecidos.
-Iniciativa del Poble Valencià ha instado al juez Garzón a "buscar en archivos de tribunales militares" y a citar a responsables vivos del régimen de Franco.
-La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARHM) ha manifestado su disposición de proporcionar documentos e informaciones necesarias para el proceso de investigación.
-El abad del Valle de los Caídos dice que no le consta un listado de enterramientos realizados allí durante la dictadura.
-Cataluña ha puesto a disposición del juez el censo de desaparecidos que elabora el Gobierno catalán desde 2003

1 comentario:

miguel álvarez dijo...

Para mí que la historia es historia, y cosa de historiadores. Yo también tengo algún antepasado muerto en una emboscada durante la Guerra de la Independencia ¿también abriría diligencias el juez Garzón si presento una denuncia contra los franceses?

Enhorabuena que si hay cadáveres en cunetas, fosas comunes, etcétera, se les honre -si es que no eran tan asesinos como los que los criminales que les sacaron la vida, que de todo habrá-, y sobre todo, enhorabuena que se les dé un enterramiento digno ¡cómo no!

Ahora bien, de ahí a que un órgano judicial abra diligencias, lógicamente presumiendo que hay un delito que está en condiciones de perseguir, pero olvidándose a la vez de que prescribió, creo que media un abismo.

Luego las instancias judiciales regañan una y otra vez a este juez estrella porque instruye mal...

En cuanto a la búsqueda de desaparecidos, el bueno de Garzón se ha olvidado de una de las escasas fuentes para estudiar el asunto, tanto durante la Guerra Civil como en el Franquismo, y que precisamente se está expurgando ahora con tanta alegría: los fondos judiciales.

A nadie se le escapa que los "paseos" se realizaban de manera absolutamente... ¿cómo lo digo? ¿"extraoficial"? Por lo tanto, no se dejaban testimonios escritos, y si los hay, serán bien escasos, indirectos, etc.

Que se sepa, las fosas sitas junto a cunetas, en medio de un monte, etcétera, se localizan mediante fuentes orales ¿o no? En este caso, la dificultad para hallar tanto el paradero de la fosa como para identificar a los asesinados empleando fuentes documentales, entiendo que se incrementa.

Ahora bien, si el asesinato no conllevaba un enterramiento posterior, in situ, lo lógico era que se personase el titular del juzgado de partido en el que se encontrase el cadáver, lo levantase, y abriese diligencias sobe "hallazgo de un cadáver" a fin de identificarlo y (en teoría) perseguir a los asesinos. Estas diligencias se elevaban a la audiencia provincial correspondiente, que instruía un sumario -con muy poca información relevante en mi opinión- y al final dictaba un auto sobreseyendo el asunto al no encontrarse a los asesinos, cómplices, encubridores, etcétera, archivando la causa, y en la mayor parte de los casos que conozco, devolviendo la pieza de instrucción al juzgado del partido que la había remitido. Como la información más detallada (en su caso fotografías, autopsia, etc.) se encuentra precisamente en la pieza de instrucción de los juzgados de partido, ya se puede ir dando prisa el juez para prohibir -al menos mientras dure su investigación- la destrucción de estos documentos, pues aseguro que los sumarios de las audiencias bien poco lo van a ayudar.