30 ene 2010

Esta semana se abrirán las cajas fuertes con documentos de Kafka.
El legado del escritor checo Franz Kafka que trajo a Palestina su íntimo amigo Max Brod, podría ver la luz esta semana en virtud de una orden judicial que obliga a abrir las cinco cajas fuertes en Tel Aviv donde se cree oculto. Tras meses de embrollos judiciales, audiencias, nombramientos y apelaciones, el Tribunal Familiar de Distrito de Tel Aviv, donde se dirime el proceso, ha puesto como tope el próximo 4 de febrero para abrir las cajas fuertes.
En principio todo está listo para que se cumpla el plazo porque Ruth y Eva Hoffe, que recibieron los documentos de su madre Esther (secretaria y compañera de Brod fallecida), ya han entregado las llaves de las mismas a un albacea nombrado por la corte, agregó el abogado.
Las hermanas son las únicas conocedoras (junto con unos albaceas) del tesoro literario que esconden las cinco cajas fuertes en Tel Aviv, más una descubierta el año pasado en Zúrich, sobre cuyo contenido especulan desde hace meses los expertos, con la esperanza de que se trate de obras inéditas de Kafka de incalculable valor.

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