La villa de Ginebra conmemoró hoy el 250 aniversario de la condena del "Contrato Social" y "Emilio", dos de las obras emblemáticas de Jean-Jacques Rousseau, que fueron pasto de las llamas al ser consideradas sediciosas, impías y sacrílegas por parte de las autoridades locales de la época.
La Universidad parisina de La Sorbona había condenado previamente "El Contrato Social" y "Emilio", acusando al autor de ser «un gran maestro de corrupción y error», pero Ginebra fue más allá, quemando ambos libros y prohibiendo a Rousseau residir en la ciudad.
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