Desde 2008 un virus informático se instaló en los computadores de Oriente Medio y robó información sensible. Conocido como Flame, prendió las alarmas de los expertos en guerra cibernética.
Una ONG iraní contactó con la firma de seguridad informática
Kaspersky porque, sin saber cómo, buena parte de su
información institucional simplemente desapareció de sus equipos. “Encontramos un número realmente grande de archivos extraños cuyo nombre
comienza con una tilde, un símbolo extraño que nunca se utiliza en los
archivos del sistema”.
“Realizamos un chequeo físico de las máquinas y encontramos estos archivos desconocidos. Después de una investigación de seis meses pudimos comprobar que se trataba de un arma sofisticada”.
“Los blancos predilectos suelen ser grandes corporaciones, sobre todo financieras, e instituciones gubernamentales, por el ánimo de lucro, la sensibilidad de los datos manejados y la proyección mediática que conllevan estos ataques”, explica Josué González, consultor informático.
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