“Servirse de un documento singular como punto de apoyo para el examen de su contexto histórico envolvente enfatiza el carácter de labor intelectual de interpretación humana, falible y perfectible, pero también lógica y demostrativa, que tiene la disciplina científico-humanística o científico-social de la Historia”, plantea Enrique Moradiellos en la introducción de La historia contemporánea en sus documentos. ![](//1.bp.blogspot.com/-hS5FAoB7LPQ/T0PNDoyaOSI/AAAAAAAAQHo/ISjFlvoYF2o/s1600/b2.bmp)
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Los documentos sirven de catapulta hacia los grandes acontecimientos de la historia contemporánea pero también hacia fenómenos sociales e ideológicos que han transformado el mundo desde entonces.
La revolución bolchevique y el nacimiento del comunismo se explica a partir de dos fotografías que ya pertenecen a la historia de la fotografía manipulada. Se corresponden con la famosa imagen de Lenin pronunciando un discurso en la plaza del Teatro Bolshoi de Moscú, escoltado por Trotsky en las escaleras, y la instantánea retocada y manipulada durante el mandato de Stalin en la que literalmente se ha borrado a Trotsky de la fotografía. También el vacío es un documento.
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