Las organizaciones de todo el mundo podrán terminar su dominio con casi cualquier palabra, y así tendrán la oportunidad de hacer más visible el nombre de una compañía, una marca, un producto, una ciudad, una comunidad... y así hasta el infinito. La ICANN -la entidad que regula las direcciones en la web- aprobó en una reunión en Singapur esa decisión por amplia mayoría.
Para las empresas, esta revolución traerá una magnífica oportunidad de ganar control sobre su presencia online y atraer a usuarios de forma más rápida y segura a sus webs, pero además el cambio se presenta como una formidable herramienta de marketing a desarrollar.
Claro que la novedad no estará al alcance de cualquiera: los interesados deberán pagar 185.000 dólares para registrar sus nombres como dominios.
Con la multiplicación de los dominios se va a producir la mayor modificación en el sistema de nombres de internet desde que se introdujo el sufijo .com hace 26 años.
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