Imagínese recibiendo un mensaje de Twitter de una de sus plantas, que le recuerda que tiene que regarla, o de la lavadora avisando de que está estropeada...
En meses recientes, desde grandes compañías como Google hasta pequeñas nuevas empresas han estado pregonando la idea de conectar personas y cosas -luces, neveras, coches, edificios- para crear una internet de objetos.
"Ya pasamos de una internet de escritorio a teléfonos e internet móviles; el próximo paso son edificios y objetos, lo que nos permitirá comunicarnos con ellos en forma directa o que se comuniquen entre sí sin intervención humana".
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