El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso confesó hoy que el 31 de diciembre de 2002, último día de su mandato, firmó, sin saber de qué se trataba, un decreto que garantiza el secreto "eterno" de ciertos documentos oficiales.
"Fue sin saber. Era el último día y tenía una pila de papeles para firmar", justificó Cardoso.
El decreto firmado entonces por Cardoso está en plena discusión en el Senado, que debate si debe ser mantenido o revocado total o parcialmente, a fin de que la sociedad tenga acceso a documentos que hasta ahora permanecen bajo el más estricto sigilo.
Esos documentos, según fuentes oficiales, abarcan desde muchos relativos a las relaciones exteriores del país durante los últimos 200 años, hasta los referidos a la última dictadura militar, que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.
"Todos saben cuál era mi posición", declaró la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff, hace diez días, cuando explicó a periodistas que tras conversar con asesores políticos decidió respaldar el mantenimiento de las normas que conservan bajo escrito secreto numerosos documentos oficiales.
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