Entrevista a Manuela Fernández Escorial, directora del Archivo Histórico Provincial de Málaga.
–Dentro de los tipos de archivos, ¿quizá los judiciales son los más prácticos y los menos?
–No, son también muy útiles para los investigadores. Bien es cierto que los archivos judiciales tienen la peculiaridad de que pueden ser útiles muchos años después. Por ejemplo, pensemos en el expediente de un bebé nacido que muere antes de 24 horas, los legajos de aborto. Nadie pensaba hace cincuenta años que fueran a servir, pero ahora pueden ser muy útiles con todo lo que ha salido a la luz de los niños del franquismo. Es un problema, porque la cantidad de producción documental ha aumentado muchísimo en los últimos años.
–¿Es un problema saber qué conservar, qué eliminar?
–Sí, es difícil. Viene dado por una normativa de 2003. Una comisión de calificación examina los documentos si el archivero piensa que pueden ser eliminados. Normalmente, de antes de 1950 no se elimina nada, el tiempo ya se encarga de que se pierda. Pero es muy difícil saber qué conservar.
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