Los archivos de la policía secreta de la RDA.
Cada dos años, los archivos de la Stasi presentan un informe sobre su situación. Para Marianne Birthler se trata de su último informe, ya que después de diez años abandona el puesto. Su sucesor, elegido por el Bundestag, es Roland Jahn, un antiguo activista por los derechos civiles en la ex RDA.
La apertura de los archivos de la Stasi y la revisión de una buena parte de la historia de la RDA es un aporte importante a la “paz social”, según explica Birthler, añadiendo el gran interés que sigue existiendo por este legado. Las 190.000 solicitudes de acceso a los archivos en los años 2009 y 2010 lo prueban: cada una de ellas, así la directora saliente, es sinónimo de la voluntad “contra el olvido”.
“El aparato represivo, sus mecanismos y sus efectos se volvieron transparentes. Innumerables víctimas pudieron entonces reconstruir sus vidas y pudieron exigir sus derechos. Los destinos de detenidos y otras víctimas fueron hechos públicos. A los perpetradores se les quitó legitimidad; leyendas e intentos de enmascarar los hechos pudieron ser rebatidos”, dijo Birthler.
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Cada dos años, los archivos de la Stasi presentan un informe sobre su situación. Para Marianne Birthler se trata de su último informe, ya que después de diez años abandona el puesto. Su sucesor, elegido por el Bundestag, es Roland Jahn, un antiguo activista por los derechos civiles en la ex RDA.
La apertura de los archivos de la Stasi y la revisión de una buena parte de la historia de la RDA es un aporte importante a la “paz social”, según explica Birthler, añadiendo el gran interés que sigue existiendo por este legado. Las 190.000 solicitudes de acceso a los archivos en los años 2009 y 2010 lo prueban: cada una de ellas, así la directora saliente, es sinónimo de la voluntad “contra el olvido”.
“El aparato represivo, sus mecanismos y sus efectos se volvieron transparentes. Innumerables víctimas pudieron entonces reconstruir sus vidas y pudieron exigir sus derechos. Los destinos de detenidos y otras víctimas fueron hechos públicos. A los perpetradores se les quitó legitimidad; leyendas e intentos de enmascarar los hechos pudieron ser rebatidos”, dijo Birthler.
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