15 jun 2009

Recuperar y digitalizar el tango.
Hace 15 años, Ignacio Varchausky se propuso recuperar y digitalizar la obra discográfica de Ignacio Corsini. Tiempo después se propuso algo mucho más ambicioso: crear el Archivo Digital del Tango. Una tarea faraónica en un país en el que la historia se pierde con facilidad.
No existe un archivo que reúna el material del tango, por eso, este músico e investigador afirma: "Los verdaderos héroes son los coleccionistas". Es a través de ellos como se preserva el material.
Los datos son alarmantes. En la era analógica (entre 1902 y 1995) se realizaron unas 100.000 grabaciones de tango. Se sabe que al menos 3000 ya no existen en ningún formato y en CD se editaron unas 20.000. Esto quiere decir que el 80 por ciento está sin digitalizar. Mucho de ese material lo conservan los coleccionistas, que no son más de 40 en todo el mundo (de la Argentina, Uruguay, Japón, Europa y Estados Unidos) y el principal inconveniente no es la lejanía sino la edad de los conservadores. De hecho, en este tiempo murieron cuatro de los coleccionistas a los que se recurrió. Además, hay otros problemas: en los años 50, cuando se empezó a hablar de la muerte del tango y los sellos internacionales comenzaron a dominar el mercado con nuevo material destinado a los jóvenes de la posguerra, se destruyeron los masters de miles de grabaciones.
Explicado muy brevemente, el proceso para digitalizar las grabaciones comienza con la limpieza del disco y sigue con la elección de la púa (que es un universo muy amplio). Después hay que ver qué curva de ecualización se le aplica según la época: "Cuando se suman todas las instancias y se comparan los audios, lo que se produce es la diferencia entre escuchar con los oídos tapados o hacerlo con los oídos destapados. Son muchos pasos, por lo que el margen de error es más grande", asegura Varchausky.
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