La Agencia Española de Protección de Datos resolvió hace apenas un año que, en Gijón, y en concreto en el centro de salud de Parque-Somió, existían problemas tipificados como infracción grave en la custodia y en la disponibilidad de las historias clínicas. Historias que están en soporte informático desde 2002 y en archivos de papel para la documentación antigua. Ese déficit de seguridad constatado por la Agencia de Protección de Datos se había confirmado tras investigar tres casos denunciados por pacientes que, a la vez, son médicos del área.
Pero ahora, tras culminar los correspondientes recursos, según la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, no existe motivo para considerar como infracciones graves tales problemas. Porque los procesos judiciales que han ido sucediéndose tienen una estrecha relación y parten de las denuncias "de tres médicos que interrelacionan sus peticiones".
En su personal batalla con la administración sanitaria, alguno de los implicados habría podido valerse de su condición de facultativo del área para «sustraer» las historias clínicas que le interesaban, y de cuya desaparición haría responsable al Sespa (Servicio de salud del Principado de Asturias). Si bien nadie prueba esa sustracción, las autoridades judiciales dan por bueno otro hecho comprobado: «Que tras una investigación interna, utilizando pistas de auditoría de las que dispone la aplicación informática de gestión de las historias clínicas, se detectó que uno de los denunciantes había eliminado episodios de su propia historia clínica digital».
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Pero ahora, tras culminar los correspondientes recursos, según la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, no existe motivo para considerar como infracciones graves tales problemas. Porque los procesos judiciales que han ido sucediéndose tienen una estrecha relación y parten de las denuncias "de tres médicos que interrelacionan sus peticiones".
En su personal batalla con la administración sanitaria, alguno de los implicados habría podido valerse de su condición de facultativo del área para «sustraer» las historias clínicas que le interesaban, y de cuya desaparición haría responsable al Sespa (Servicio de salud del Principado de Asturias). Si bien nadie prueba esa sustracción, las autoridades judiciales dan por bueno otro hecho comprobado: «Que tras una investigación interna, utilizando pistas de auditoría de las que dispone la aplicación informática de gestión de las historias clínicas, se detectó que uno de los denunciantes había eliminado episodios de su propia historia clínica digital».
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