El pasado año seis de cada diez empleados en Estados Unidos sustrajeron datos de las compañías para las que trabajaban cuando las abandonaron. Unestudio llevado a cabo por el Instituto Ponemon señala que los trabajadores usaron la información que robaron para encontrar un nuevo trabajo, empezar su propio negocio o vengarse. La firma de investigación realizó una encuesta entre 945 empleados estadounidenses que fueron despedidos o cambiaron de trabajo en los últimos 12 meses. Los que participaron en el sondeo tenían acceso a información que era propiedad de la empresa, tal como datos de clientes, listas de contactos, registros de empleados, informes financieros, documentos confidenciales o herramientas de programas informáticos.
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