En 1832, William Buelow Gould se encontraba sentenciado a cadena perpetua en una famosa colonia penitenciaria de Tasmania.
Mientras cumplía condena y a la espera de su ejecución, Gould realizó en un libro de bocetos sobre peces, para el médico de la colonia, aficionado a la historia natural.
Ese cuaderno de bocetos, una obra impresionante, ha quedado inscrito en el UNESCO Australian Memory of the World Register como un tesoro a preservar.
La historia, bien interesante, sirvió además de inspiración a la novela: El Libro de los Peces de Richard Flanagan.
Mientras cumplía condena y a la espera de su ejecución, Gould realizó en un libro de bocetos sobre peces, para el médico de la colonia, aficionado a la historia natural.
Ese cuaderno de bocetos, una obra impresionante, ha quedado inscrito en el UNESCO Australian Memory of the World Register como un tesoro a preservar.
La historia, bien interesante, sirvió además de inspiración a la novela: El Libro de los Peces de Richard Flanagan.
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