Solemos hablar de la importancia del sello de tiempo en la documentación electrónica, pero esta historia muestra cómo es mucho más fácil cometer un fraude en el mundo papel:
"La Audiencia de Cantabria ha condenado a un año y ocho meses de prisión a J.C.P.G., funcionario de la Agencia Tributaria en Reinosa, por falsificar documentos oficiales en beneficio de su mujer y de empresas que pertenecían a amigos, vecinos o conocidos.
El acusado tenía acceso directo a los sellos de registro de la Agencia Tributaria, situación que aprovechó para cambiar las fechas de entrada de estos documentos de forma que parecieran que se habían presentado antes.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial le considera culpable de un delito de falsedad documental cometido por funcionario público, y le condena por ello a un año y ocho meses de prisión, y de inhabilitación para empleo o cargo público, además de a una multa de 1.200 euros."
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El acusado tenía acceso directo a los sellos de registro de la Agencia Tributaria, situación que aprovechó para cambiar las fechas de entrada de estos documentos de forma que parecieran que se habían presentado antes.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial le considera culpable de un delito de falsedad documental cometido por funcionario público, y le condena por ello a un año y ocho meses de prisión, y de inhabilitación para empleo o cargo público, además de a una multa de 1.200 euros."
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