Ludwig van Beethoven se lo pensó dos veces antes de enviar a París su petición de ayuda. En lo que parece una decisión impulsiva, rompió él mismo el lacre para añadir una nueva hoja de caligrafía descuidada.
Es aquí donde la carta manuscrita encontrada recientemente en el Instituto Brahms de Lübeck (Alemania) adquiere el "enorme interés". Revela la "seria crisis" que atravesaba el compositor, después de haberse pasado cuatro años peleando con la partitura de la Missa Solemnis.
Tanto más le dolía, sordo y enfermo a sus 53 años, no encontrar un mecenas que financiara su interpretación. Por eso estropeó el pliegue de la primera versión para reabrirlo e incluir el nuevo folio donde narra sus dificultades económicas y sus achaques físicos.
La carta forma parte de una herencia recibida en 2011 por el Instituto Brahms. Se dirigía a Franz Anton Stockhausen, un fabricante de arpas bien situado que vivía en París.
Hoy Beethoven no tendría problemas de dinero: el valor del manuscrito se estima en 150.000 euros. Recientemente se ha vendido una pequeña nota manuscrita de Beethoven, con seis anotaciones que podrían ser su lista de la compra, por 60.000 euros.
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