Solitario, en una enorme mesa de cedro tallado de la Biblioteca de la Municipalidad de Lima, Rodrigo revisa los pliegos de un censo poblacional de 1866, con la esperanza de saber más sobre un antepasado suyo. Según relatos de sus abuelos, él vivía en la Lima amurallada de entonces.
Como Rodrigo, decenas de limeños acuden a este recinto, ubicado en el Palacio Municipal del concejo limeño, y al Archivo General de la Nación (AGN) para indagar por sus orígenes y los de la ciudad que los cobija.
Dos años antes de que Francisco Pizarro fundara la capital, el español y sus socios suscribieron en Cajamarca y Jauja los primeros acuerdos escritos sobre cómo repartirse las tierras conquistadas. Esos documentos, reconocidos como los más antiguos de Sudamérica por la Unesco, se conservan a la fecha en el AGN.
En la colección colonial del AGN destacan poderes firmados por San Martín de Porres y Francisco Pizarro para el cobro de deudas y planos de proyectos diseñados por Enrique Meiggs (1879) para obras públicas.
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