El complejo de hormigón, antaño herméticamente cerrado, que albergó al Ministerio de Seguridad del Estado de la extinta República Democrática Alemana (RDA), abrió sus puertas como un lugar de encuentro para preservar la memoria.
El 15 de enero de 1990, una multitud enfurecida irrumpió en el cuartel general en el barrio berlinés de Lichtenberg. Se apropiaron de millones de documentos y parte del mobiliario de la llamada “Casa 1”, lo que hizo posible que fueran preservados y ahora sean exhibidos en su entorno original. Durante la apertura se recordó el día en que los archivos de la Stasi fueron abiertos al público, un 15 de enero de 1992, revelando lo que la red de espías e informantes recababa meticulosamente sobre la población germano oriental.
El Estado alemán ha invertido 11 millones de euros en el saneamiento del edificio, modernizándolo desde el punto de vista técnico, aunque históricamente haya sido respetado el mobiliario original.
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