Los testamentos de 25 italianos ilustres se exhiben en el Archivo Histórico Capitolino de Roma, con motivo de las celebraciones de los 150 años de Unidad de Italia,.
Se trata de manuscritos históricos, cuya caligrafía refleja también la mano firme de los que escribieron antes de que la enfermedad los invadiese, o los redactados por manos temblorosas ya atenazados por la debilidad o por el miedo a la muerte, como en el caso del valiente Garibaldi.
También se exhiben testamentos de mujeres como el de la actriz Lina Cavalieri (1874-1944), "la mujer más bella del mundo" quien después de cuatro matrimonios y una vida bajo los reflectores, quiso un funeral organizado "con la sinceridad que siempre va más allá de las ceremonias fastuosas".
El Premio Nobel de Literatura, el siciliano Luigi Pirandello (1867-1936), atormentado por la situación de su mujer que sufría una grave enfermedad mental, pidió un carro de "ínfima clase" y que nadie le siguiera, "ni parientes, ni amigos. Solo el caballo y el cochero".
Además de herencias económicas, las hay afectivas y espirituales como la del empresario y máximo accionista del gigante automovilístico Fiat, Giovanni Agnelli (1921-2003).
Agnelli recomendó a su herederos que debían "permanecer unidos en los afectos y en los entendimientos y recordar que el mayor consuelo y la mayor fuerza moral en la vida son el amor a la patria, la cohesión familiar, la rectitud y el respeto por el trabajo humano".
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