Cuando se abrió la Real Biblioteca Pública, el 1 de marzo de 1711, lo hizo con una peculiar manera de ser pública: estaba abierta únicamente al público varón e ilustrado de la época. Las mujeres no accedieron a las instalaciones de la Biblioteca hasta más de un siglo después, en 1837.
La primera mujer que pudo entrar a estudiar a la Biblioteca Nacional fue Antonia Gutiérrez Bueno, autora de un Diccionario histórico y biográfico de mujeres célebres. Lo consiguió en 1837, suponemos que tras una ardua lucha contra bibliotecarios, administradores y papanatas varios aferrados a unas tradiciones caducas. Sabemos cómo consiguió lo que entonces era un privilegio gracias a que se conserva su correspondencia con María Cristina de Borbón Regente de España durante la minoría de edad de la futura Reina Isabel II.
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